27.11.13

chik'chik'pie

Hay días en que los objetos de la casa toman vida y no sólo dicen mucho al estar en el lugar exacto en el que están, sino además te hacen guiños como para que no olvides cuál es la intención de estar justo ahí en ese momento. Ayer fue uno de esos días en que primero la casa lloraba conmigo pues estaba triste porque mi mamá se fue y veía su "no estar" donde quiera que ponía la mirada. Pero después, estas pequeñas cosas me hicieron sacudir la cabeza y mirar el otro lado, que siempre está: ella vino a casa y la llenó de todo esto que ahora se me amontona en la garganta y que pongo sobre el teclado. Kiki, sonrío porque pudiste venir, porque pasaste los días en casa llenándola de sabores y olores de infancia, por la risa conjugada con todas las vocales, por los gateos infinitos, los cuentos, los animalitos, las canciones, tu alegría compartida.  Porque te hiciste cómplice de algunos objetos de este lado y les animaste a recordarme que lo que realmente importa es que hayamos podido ESTAR de nuevo. Gracias por venir :')

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