Renecita magic words

Renée en un parque de Montjuic, 2009. Barcelona

Hoy tengo ganas de hablar de una persona muy especial para mi que seguido hace que se me agüen los ojos. Ella es Renée, mi muy admirada y querida amiga a quien siempre le digo que veo como un gran árbol erguido y fuerte (un roble si quiero ser exacta) brillando en medio de un bosque oscuro. Esta mujer le entra a la vida y sus circunstancias muy de frente y con los pies bien pegados a la tierra. Es aguda, precisa, directa y clara, llama a las cosas por su nombre y sin eufemismos, es honesta, leal y una persona extraordinariamente generosa y agradecida con la vida, admirable. Me ENCANTA platicar con ella, pasar el tiempo, intercambiar opiniones, proyectos, ¡recetas! (a las dos nos gusta mucho cocinar!), jugar, tomar café o cocktelitos... estar. Yo disfruto mucho su compañía y agradezco que esté cerquita. Particularmente, yo siempre he pensado que hablo de una manera atropellada y algo desordenada y que a veces "agarrar" la idea de lo que en realidad quiero decir puede parecer una invitación a una suerte de scrabble o a algún juego de esos de "fill in the blanks" pues a menudo dejo oraciones sin acabar,  me cuesta poner nombre a "ciertas" cosas que tengo por ahí atoradas o simplemente, tengo la mala manía de no acabar las cosas.  Esto suele estresarme y enfadarme mucho. Pues bien, siento que Renée, lejos de desesperarse o juzgarme, se divierte agarrando mis palabras/frases como si fueran piezas de un rompecabezas y me las pone delante, ordenadas de alguna manera en la que yo misma pueda encajarlas y después, darles una coherencia...¡es como una pedagoga nata! A veces, en medio de una conversación, le digo que me recuerda a Gil, el precesito estratega de "Finding Nemo" pues me mira con esos ojillos entrecerrados como si al irme escuchando en su cabeza ya se estuviera gestando un plan... ¡esto me resulta muy muy divertido! y después, ese plan que andaba por ahí baja en formato "Hágalo usted misma. Describa y apunte qué necesita, cómo lo puede obtener y ¡póngase manos a la obra! que de puro desear, nada llega!". 
En fin, yo quedo con ella y después me siento como si hubiera ido al gimnasio 2 horas y hubiera producido endorfina suficiente pa'entarle a lo que sea!

Renée, gracias por esa precisión casi quirúrjica para eliminar polvo y paja donde hace falta, por animarme a enfrentar los "puntos y aparte" de las cosas, por elegir las luces de los claroscuros y mirar con  ojos menos rígidos los puntos negros. Por la paciencia, el buen humor, la calidez, tu amistad. Te quiero mucho.