7.7.11

Suraaaaaaaaya

Con Suraaaaya, entre risas. Diciembre 2010, Coatzacoalcos, Ver
Pongo tantas "a's" porque cuando digo su nombre siempre sale de esa manera, en un grito largo y por demás alegre. Ahora que lo escribo pienso que se ajusta perfecto a lo que me provoca hablar con ella: alegría, placer, acelere de corachoncito. Creo que hasta mi adolescencia (o quizá un poco más) esta mujer era "mi tía Sury", hermana adorada y admirada por mi madre, una de las imprescindibles "pulas" (especialísimo trinomio Lotfille) y para mí la tía más guapa, sonriente y "frescha" (de niña solía alucinar con sus manos, en especial con el color del barniz que aplicaba a sus uñas, era taaaan alegre! ochenterísmo! como los de ahora!) pero no había tenido oportunidad de conocerle además de familiar, mujeril y amistosamente.
Esto vino en un momento incierto y difícil en mi vida, un momento de cambios abruptos. Yo vivía e intentaba digerir la inminente muerte de mi padre -con todo lo que eso lleva alrededor- y necesitaba enormemente alguien que me escuchara todo el tiempo, sin ponerme pausas. Ese alguien fue ella, Suraya, quien no sólo me escuchó sino me acogió y apapachó con su cariño y me fortaleció con sus palabras, sus actos y su paciencia. Desde entonces ella es una persona clave en mi vida pues es y sigue siendo una fuente de fortaleza, alegría y sobre todo de calor familiar.  Cuando Suraaaya se carcajea nos carcajeamos todxs, ¡es inevitable! contagiosa la más, con ese particular ir y venir de nota en nota, crea toda una partitura de hilaridad politonal que una desea resuene mucho tiempo... ¡pura endorfina! Hoy hablo de ella porque ayer, después de meses por fin nos echamos una charla de esas entrañables que a menudo hacen falta de este lado del mar, una de esas que dejan el corazón ancho y acelerado, calentito, en casa. Gracias de nuevo Suraaaaaaya! amo que estés en mi vida, que seas mi tía y que seas mi amiga. Te quiero siempre.

7 comentarios:

¿me quieres decir algo?